Para escribir basta con conocer las letras y como estas se alian para formar palabras. Cualquiera puede escribir si tiene un conocimiento básico de una lengua. Pero hacer arte con esas palabras, eso ya es más difícil.
La escritura surge del cerebro, el arte lo hace desde el pecho. Nace de esa angustia que sufre el individuo dentro de sí. Esa necesidad de contarle al mundo aquello que le aflige o enamora. El arte escrito es una planta que se riega con pasiones para que florezca. Pasiones menores pueden hacerla crecer, pero solo el odio o el amor hacen que sus pétalos se abran, que a todos embriague su perfume.
Es la desesperación por sacar esta angustia de mi pecho lo que me empuja, al fin, a escribir, a dar rienda suelta a todo aquello que quiero gritar.
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